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Amos y esclavos 2014-

Fotografía, video,dibujo,objeto.

 

El proyecto consiste en  la documentación  fotográfica de las actividades que se desarrollan en una casa de Interlomas  en el Valle de México.  Frecuentado por hombres que gustan del bondage, dominación, sumisión y sadomasoquismo. Conocido por sus siglas BDSM.

 

Hace unos meses conocí   a  una pareja que practica la dominación y sometimiento como una actividad  más dentro de su cotidianidad. Después de varios viajes por Europa y Asia y de visitar clubs de encuentro, decidieron comprar una casa, habitarla y transformarla en un sitio propicio para realizar el BDSM. Ellos me comentan que la escases de espacios  con este concepto en la ciudad de México, aunado a la inseguridad los motivo a llevar acabo este proyecto,  que consiste en transformar su casa en un club privado donde se den cita amos y esclavos. Para esto contrataron un arquitecto que modifique la casa, un diseñador que construya sus muebles (jaulas, sillones y camas) y transforme un sótano en una mazmorra con jaulas,  donde tener a los perros o esclavos encerrados. También cuentan con el apoyo de un experto en iluminación, quien creara la ambientación lumínica para que se adapte al concepto del lugar.

 

La casa se encuentra en un proceso de remodelación y transformación.

 

El BDSM es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina "sexualidad extrema convencional".  Su acrónimo BDSM se forma de las iniciales  de dichas prácticas, bondage, disciplina, dominación y sumisión, sadomasoquismo.

 

Se trata del intercambio de poder, uno manda, y el otro acepta ser mandado: el dominante es conocido como amo (usualmente viste de piel y se conoce como lederon),  quien  obtiene satisfacción de la sensación de poder, de someter  y tener el control del otro. El sumiso, también llamado perro, asume el rol pasivo, por el contrario, el placer descansa en la indefensión, de no tener control sobre lo que pasa, de entregarse al amo. La relación que tiene el amo con su esclavo busca emular la relación de codependencia que mantiene una persona con su mascota, en este caso un perro (los caninos son famosos por su lealtad y sumisión ante su dueño), el sumiso no solo  se comporta como un canino si no que  busca  imitarlo a través del atuendo que viste; mascaras de perro, collares, muñequeras y rodilleras, por su parte el amo viste de pantalones, botas y guantes de piel o latex. El cuerpo se masculiniza, sexualiza  y jerarquiza a través del atuendo, el que está vestido tiene el poder sobre el desnudo, quien está erguido sobre el que se encuentra en cuatro patas. La piel erotiza y objetualiza al otro, al mismo tiempo que recrea fantasías, estos códigos visuales y de comportamiento consensados configuran un lenguaje de signos que es autorreferencial para un determinado grupo social.

 

Así es muy natural ver en un día común mientras los dueños de la casa comen acompañados de algunos de sus amigos, a un perro descansando sobre el regazo de su amo, jugando con una perra galgo propiedad  de ellos o durmiendo en una jaula.  Mi intención en este proyecto es documentar la vida de dos personas y sus amigos que practican este tipo de actividades y que recurren al anonimato y protección que ofrece una casa para realizar estas actividades.  

 

 

Se trata de un ensayo visual acerca del espacio privado como contenedor y retrato de sujeto social, de la transformación espacial del entorno domestico y su sexualización masculinizada a través del diseño (mobiliario e iluminación), de lo privado y lo público y del modo en cómo se configura el deseo a partir de determinadas practicas sexuales, al mismo tiempo que crea una reflexión sobre la conformación de las familias contemporáneas en un país como México.

 

Este proyecto se encuentra en proceso de construcción

 

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